¿Quién tiene las riendas de mi vida?

Hola Saltamontes! Mil gracias por haber venido a hacerme un poquito de compañía a mi blog. Aún está un poco vacío, muy prontito se irá llenando de contenido que espero os guste y comentéis conmigo.

De momento, os cuento que estoy ante un gran cruce de caminos, en el cual la mayor pregunta es, ‘¿qué es lo que quiero hoy de mi vida?’

Hace mucho tiempo que no me tomaba el tiempo de pausar mis frenéticos ires y venires cotidianos, para evaluar cómo me siento en mi momento actual, y si la dirección que estaba siguiendo seguía siendo la mejor para mí. Todas las decisiones que he tomado en los últimos ocho años han ido dictaminadas por las circunstancias, no por la decisión consciente de tomar las riendas de mi vida y dirigirla hacia mis sueños y aspiraciones.

Obviamente, nuestros sueños y objetivos van cambiando a lo largo de nuestra vida: nuestras aspiraciones cambian de astronautas, futbolistas y princesas de Disney en la infancia, a estrellas de cine y de rock en la adolescencia, y hay mucha gente que únicamente se plantea lo que quiere en el momento de terminar el instituto y tener necesariamente que mirar al mundo de frente. Y sus vidas acaban siendo algo así:

  1. Decidir una profesión, y estudiarla si es requerido. Y eso, si te dejan: por presupuesto, porque esté de oferta en tu ciudad y tus padres te dejen o no salir fuera, porque te dé la nota de admisión, porque te digan que eso no tiene salidas….
  2. Buscar un trabajo. Para resumir, aquí entran los períodos de paro, los contratos basura, los contratos en prácticas, los que no pueden o quieren hacerte fijo.
  3. Contrato fijo. Una vez has firmado y se ha desvanecido el coro de ángeles cantando el Aleluya, te dicen todos que hay que agarrar esa oportunidad con fuerza, porque tal como está el patio… te asientas, quizá aventuras a independizarte, irte a vivir con tu pareja…
  4. La gente de tu alrededor se va casando, teniendo hijos. Te van diciendo todos que te vayas dando prisa, que se pasa el arroz, que quieren nietos, etc. Al fin y al cabo, ser padres es maravilloso, ¿no?
  5. Van pasando los años, y un día, BUM. Tienes ‘taytantos’ años, te miras al espejo y te das cuenta de que se te ha pasado la vida y tú ahí, de monigote, viviéndola como si fueras el espectador en vez del personaje principal. Y la pregunta es, ¿es demasiado tarde para tomar las riendas? ¿vas a seguir siendo una marioneta? ¿Quién está moviendo las cuerdas?

Pero, ¿a quién se le ocurrió aquello de que, en la vida, hay que callar y aceptar de buen grado todo lo que se nos da, ajustándonos a lo que se espera de nosotros? Parece que tener objetivos y sueños sea pecado para muchos. Hombre, por favor.

El gobierno, la familia, la televisión, el cine, la música que escuchamos, todo nos influye para adoptar un estilo de vida prefabricado y enlatado. Nos han vendido cómo tenemos que ser. Algunos, porque les conviene tenernos esclavizados al sistema; otros, porque es lo conocido y lo cómodo; y otros, porque todos viven así y así tendrá que ser.

Pamplinas (sí, me gusta coleccionar palabras perdidas). Eso son solo creencias limitadas, desfasadas, desajustadas a nuestros tiempos y a las circunstancias que nos toca vivir. Nosotros no podemos seguir los pasos de nuestros padres ni podemos utilizar su experiencia de vida como propia, porque las circunstancias que ellos han vivido hasta llegar a un punto de equilibrio fueron abismalmente distintas a las que nos enfrentamos nosotros. El entorno que forjó sus vidas ha desaparecido. Y, sin embargo, la mentalidad no ha cambiado. ¿En serio nos quejamos sin saber por qué las cosas no funcionan?

Nuestras circunstancias no podemos cambiarlas… pero nuestra reacción a ellas sí. Nuestra vida sólo la escribimos nosotros, tanto si empleamos nuestras propias palabras, como si tomamos dictado del entorno. La elección es nuestra.

Yo llevo toda una vida precisamente buscando ese camino, buscando mi huequito en el mundo. A lo largo del viaje he conocido a gente muy especial, y continuamente descubro nuevos canales de información que estudio con avidez. Por desgracia, la mayoría de esta información está en inglés con lo que muchos hispanohablantes se quedan sin acceso a esta sabiduría.

Desde aquí me gustaría compartir lo que vaya encontrando, debatirlo con vosotros, escuchar vuestras aportaciones, e intentar aportar mi granito de arena con las vivencias que vaya acumulando por el camino.

Es cierto que tenemos en España e Iberoamérica una gran cantidad de escritores fenomenales, a quienes también estudio. Pero ¿por qué cerrarse a un mundo entero de valiosa información, por una barrera tan desfasada como el idioma? El idioma no es sino una frontera más que hay que franquear.

No os entretengo más; espero volver prontito con contenido nuevo. Por favor, suscribiros al blog con el botón de debajo,  para no perderos nadita!

Hasta pronto Saltamontes,

Wieck

Esta entrada fue publicada en Desarrollo personal. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario